11.10.07

Rodrigo Archubi



El 10 de diciembre de 2006, Boca Juniors contaba con una oportunidad inmejorable para consagrarse tricampeón por primera vez en su historia, logro que siempre quiso obtener debido a que su eterno rival, River Plate, lo había conquistado en tres oportunidades distintas.
El ambiante en la Bombonera era el mejor. El conjunto dirigido ya en ese entonces por Ricardo La Volpe tenía dos resultados favorables para lograr el objetivo: la victoria, y el empate. Las banderas ya agradecían a los jugadores y cuerpo técnico y hacían alusión a una nueva conquista. Pero en el fútbol nunca se debe festejar antes de tiempo, ni siquiera cuando a los 40 minutos de la primera parte se está ganando 1-0 con tanto anotado por Martín Palermo de penal. El rival era Lanús, que llegaba sin presiones y con ganas de amargarle la fiesta al máximo candidato a llevarse la corona, y por eso -y hasta cuando perdía- desplegó un excelente volumen de juego por el verde -y blanco por la cantidad de papelitos- cesped.
A los 44 minutos del primer tiempo, y cuando parecía que el descanso llegaría con la victoria parcial del xeneize, un centro llovido desde la derecha derivó en la cabeza goleadora de Claudio Graf, quien decretó el 1-1 e hizo que el entretiempo tuviera un tinte de suspenso y que en el estadio gobernara una tensa calma.
Pero la tensión pasó de ser calma a verborrágica cuando a los 12 minutos, Rodrigo Archubi se introdujo entre dos jugadores rivales, hizo una pared con un compañero y con un toque preciso y combado incrustó la pelota en el segundo palo. Era el gol que le quitaba la posibilidad a Boca de consagrarse directamente y obligaba a jugar un partido desempate con Estudiantes de La Plata, que venía en alza. Pero claro, el conjunto de Simeone aun no lograba doblegar al duro Arsenal, por lo que todavía Boca se consagraba tricampeón. Por ello es que debido a la impotencia mostrada por el once de La Volpe y el dominio de Lanús, los hinchas locales comenzaron a hacer protagonistas a las radios que transmitian el choque en el Estadio Unico de La Plata.
El contraste absoluto entre una cancha y otra se dio cuando a poco del final, Agustín Alayes cabeceó un centro de Leandro Benítez y puso el 1-0 que obligaba a un partido desempate. Luego Mariano Pavone liquidaría el pleito con un tremendo remate ante la mirada atónita de Mario Cuenca.
Ese gol de Rodrigo Archubi no solo le quitó la posibilidad a Boca juniors de consagrase tricampeón directamente, sinó que también le permitió a Estudiantes vencerlo en el encuentro desempate y coronarse después de más de dos decadas.
Sin duda que este campeón juvenil sub-20 quedará en la memoria de los simpatizantes de estas dos parcialidades... y también en la de los de River Plate, quienes no tardaron en hacer públicas sus cargadas.

14.8.07

Jose Perdomo



Este uruguayo nacido el 5 de enero de 1965 era un mediocampista que perteneció a una gran generación de futbolistas uruguayos que se destacó a finales de los ochenta y noventa, de los cuales muchos desembarcaron en la liga italiana (por entonces la más competitiva del mundo).
José Perdomo debutó como profesional en el mítico Peñarol de Montevideo en 1983, donde su buen juego y su buena pegada no pasaron desapercibidos por los europeos y fue fichado en 1989 por el Genoa italiano, que acababa de volver a la primera división. Es ese equipo jugó junto a otros dos uruguayos reconocidos como el genial Rubén Paz y el delantero Carlos Aguilera. Pero no tuvo una buena temporada y fue cedido al Real Betis español, siendo recordado porque debutó en el clásico de la ciudad frente al Sevilla y marcó un espectacular gol de tiro libre. Luego el Betis descendió y Perdomo dejo el equipo verdiblanco para ingresar a las filas de Gimnasia y Esgrima La Plata, donde estuvo una temporada maracada a fuego por un hito inédito en la historia del fútbol mundial: el 5 de abril de 1992 un movimiento sísmico sacudió la ciudad de La Plata, generado aparentemente por el grito de un gol. El inusual fenómeno se originó a raíz del desahogo de la hinchada de Gimnasia, en un clásico frente a su eterno rival, Estudiantes de La Plata. El autor de la única conquista de aquel partido fue justamente José Perdomo, quien quedó en la historia y la información acerca del inédito sismo recorrió el mundo.
Luego regresó a Peñarol en 1994 donde posteriormente se retiraría para comenzar su carrera como entrenador.

8.8.07

Saeed Al-Owairan



Saeed Al-Owairan nació en 1967 en Arabia Saudita, es considerado el jugador con mas talento en la historia de su pais. Desarrolló toda su carrera futbolística en los distintos escalafones del Al-Shabab, conjunto en el que se destapó como un delantero o mediapunta muy veloz, dotado de gran visión de juego y de una potente arrancada. Se distingue un antes y un despues en la trayectoria de este jugador por el Mundial de Estados Unidos 1994 , en el que Saeed fue la estrella del combinado árabe, donde marcó el mejor gol del Mundial frente a Belgica en la ronda de grupos y considerado uno de los mejores de la historia de la FIFA. Al Owairan tomó el balón y tras una espléndida galopada de más de ochenta metros sorteando rivales mandó el balón a la red de forma espectacular. Un gol que le proporcionó a Arabia Saudí el pase a octavos de final en su primera presencia en un campeonato del mundo. A partir de ese mismo momento el delantero saudita fue apodado como el "Maradona del Golfo Pérsico". Su gol llegó a ser comparado con el de Maradona en Mexico 1986, se convirtió en ídolo nacional y personaje público de primer orden en Oriente Medio. Llegó a ser la imagen de Coca Cola, Ford y Toyota, se convirtió en un personaje habitual en las cadenas de televisión árabes y era una especie de embajador del deporte saudí. En 1994 recibió el Balón de oro al Mejor jugador asiático del año.

6.8.07

Derlis Soto



En el caso del paraguayo Derlis Soto, hay que nombrar tres goles que fueron los detonantes para catapultarlo a la fama. Lo curioso, es que los tres goles fueron ante el mismo rival, River Plate; y todos sirvieron para arruinarle el campeonato al conjunto de Núñez.
El primero de ellos fue en el Apertura 2000, campeonato que peleaban palmo a palmo Boca Juniors y River Plate (quien buscaba otro tricampeonato). El equipo de Américo Rubén Gallego se imponía 1-0 ante Huracán en el Estadio Monumental, pero a poco del final, realizó su inesperada aparición Soto para sentenciar el 1-1 final y dejar casi sin chances a River de cara a la última fecha del torneo.
El segundo partido inolvidable se dió en la misma temporada, pero esta vez en el Clausura 2001 y en cancha de Huracán. River peleaba nuevamente el campeonato, pero esta vez frente al archirrival del conjunto de Parque Patricios, San Lorenzo; por lo que durante la semana se había hablado mucho sobre si los jugadores del Globo pondrían todo o dejarían intencionalmente algún punto en el camino para complicar a su enemigo de toda la vida. Pero apenas empezó el encuentro, se notó la clara intención de Huracán de llevarse por delante a su rival. Así fue que nuevamente el paraguayo Soto apareció (pero esta vez en dos oportunidades) para amargar a River. Dos goles fueron suficientes para hacer esteril la posterior reacción Millonaria y así darle los tres puntos al Globo con un ajustado 3-2 final. Posteriormente San Lorenzo se coronaría campeón esa misma fecha.
Luego Derlis Soto volvería a enfrentar a River, pero defendiendo los colores de Libertad de su pais, donde no lo haría con el mismo exito. Igualmente, ya había hecho suficientes meritos como para pasar a la eternidad en la memoria de los hinchas tanto de River, como de Boca y San Lorenzo.

1.8.07

Ricardo Ismael Rojas



El 10 de marzo del 2002, River Plate le propinó a su archirrival una paliza histórica que será recordada por siempre tanto por los hinchas "millonarios" como por los "xeneizes". El conjunto dirigido por Ramón Díaz llegaba a la Bombonera con una racha adversa en ese estadio que arrastraba desde el año 1994, cuando lo derrotó en ambos encuentros (2-0 y 3-0); pero también con un equipo temible que contaba con nombres tales como Cambiasso, D'Alessandro, Ortega y Cavenaghi.
Por su parte, Boca Juniors se encontraba inmerso en una étapa de transición, ya que hace poco tiempo había asumido Tabarez. Al mismo tiempo Riquelme estaba negociando su salida del equipo para ser transferido al Barcelona español, por lo que el clima dentro del plantel no era el mejor.
Faltando dos minutos para la finalización del encuentro, el cual ya estaba definido debido a que River Plate se imponía claramente por dos tantos de Esteban Cambiasso y Eduardo Coudet en la primera etapa, llegó la estocada final para hacer que esa tarde lluviosa de Buenos Aires se covierta en inolvidable. Una jugada iniciada en el propio campo Millonario por Ricardo Rojas derivó en los pies de D'Alessandro, quien toco corto para Ariel Ortega. El jujeño, con rapidez y solvencia, puso un pase magistral para que nuevamente Rojas se haga del balón y luego de esquivar a un defensor rival, saque un exquisito remate por sobre encima de Abbondanzieri, luego inmortalizado como "la vaselina". El extasis se adueñó aun más de las dos bandejas superiores del arco que da al Riachuelo, donde la fiesta ya se hacía presente hace rato, pero que con aquel golazo de Rojas parecía sumergirse en un estado de locura y felicidad absoluta.
Lo curioso de este fenomenal gol de Ricardo Ismael Rojas, es que fue su único tanto en la Primera División del fútbol criollo; y sirvió nada menos que para sentenciar la goleada al rival de toda la vida. Luego este misionero nacionalizado paraguayo se ganaría un lugar en el corazón de todos los hinchas Millonarios.
Posteriormente, River Plate se consagraría campeón del Torneo Clausura 2002, estableciendo una diferencia abismal con el resto de los equipos participantes.

A continuación, "la vaselina" de Rojas:

31.7.07

Juan Jose Jayo



El 28 de mayo del 2000, Unión de Santa Fe visitaba a River Plate en el mítico estadio Monumental con el objetivo principal de poder arañar un punto ante un River plagado de figuras de la talla de Aimar, Saviola, Angel y compañía. Ese River de Américo Rubén Gallego que luego se terminaría coronando con el bicampeonato.
Pero esa tardenoche de Núñez tenía reservada una gran sorpresa. Cuando se moría el primer tiempo, el volante peruano del club santafesino, Juan José Jayo, capturó el esférico en la mitad de la cancha y al levantar la vista, pudo observar a un Roberto Bonano que se encontraba adelantado, entonces decidió rapidamente impulsar violentamente el balón, quien tomó altura y voló por el cielo esquivando los aviones que suelen sobrevolar el estadio para caer repentínamente en el arco local, pegando en la parte inferior del travesaño e introduciendose en la portería. Juan José Jayo reaccionó poco después, cuando rápidamente se vio rodeado de sus compañeros, quienes se acercaron velózmente para felicitarlo por aquel inesperado tanto.
Asombrósamente, ese fue el único tanto del peruano en la temporada 1999/2000, pero seguramente quedará en su memoria por siempre, ya que ese gol fue el más significativo de su carrera porque le dio la victoria a su equipo en un estadio inexpugnable por ese entonces y ante el posterior campeón.
Igualmente, el caso de Jayo no es similar al de los anteriormente nombrados, ya que su carrera tuvo mayor relevancia al defender en muchas oportunidades la camiseta de su selección y tener un buen paso por el Celta español, entre otras cosas.

El gol de Juan José Jayo a River:

30.7.07

Rubens Francovig



En la Copa Libertadores del año 1987 se dio un hecho histórico pocas veces visto en la historia del fútbol mundial. El Deportivo Táchira venezolano recibía a Independiente en un encuentro que le tenía reservado un lugar privilegiado al, hasta allí, desconocido portero uruguayo del conjunto local: Rubens Francovig. El guardametas oriental sacó fuertemente de su arco sin imaginar lo que vendría luego de que la pelota de su primer pique en el suelo. Ese pique dejaría atónito al defensor "rojo" Villaverde pero más aun a la principal víctima de semejante golazo: Luis Islas, quien por entonces disputaba un lugar en la selección con el mulitacampeón con River Plate, Nery Pumpido. Islas, quien se encontraba adelantado al momento del despeje de su colega, fue espectador de lujo al ver como la pelota volaba por sobre su cabeza y, sin poder hacer nada, presenciar como se introducía en el arco para provocar el asombro de todos los que presenciaban el encuentro. Luego el gol fue repetido una y otra vez, recorriendo todos los rincones de la tierra para reflejar la conjugación entre potencia y fortuna que se pudo apreciar aquel día en tierras venezolanas.
Luego, Francovig sería adquirido por el Deportivo Armenio, quien por entonces militaba en la Primera División del fútbol argentino, pero pasaría desapercibido no solo allí, sino por el resto de su carrera futbolística.

A continuación, el golazo de Francovig de arco a arco:

27.7.07

Matias Donnet



Este joven nacido el 18 de abril de 1980 en Esperanza, Santa Fe; tuvo la chance de ser el partícipe fundamental de un hecho histórico que jamás olvidará.
Surgido de las divisiones inferiores de Unión de Santa Fe, tuvo la chance de asentarse en Primera División y, mediante buenas actuaciones, llamar la atención de un poderoso del fútbol criollo como lo es Boca Juniors. Llegó al "xeneize" para la temporada 2002/2003 y fue alternando entre titular y suplente hasta que llegó el día que lo marcará por siempre: el 14 de diciembre de 2003. Ese día el conjunto dirigido por Carlos Bianchi debía enfrentar en Yokohama (Japón), al temible Milán de Kaká, Shevchenko y compañía en la final de la Copa Intercontinental.
El santafesino cumplió su primer sueño al aparecer en el once inicial para sorpresa de muchos, y rápidamente se convirtió en uno de los jugadores boquenses que llevó más peligro al arco de Dida.
El partido se presento complicado desde el inicio y llegó al mayor quiebre emocional negativo para los hinchas de Boca cuando el danés John Dahl Tomasson tocó el balón suavemente ante la salida desesperada de Abbondanzieri para anotar el primer tanto del encuentro. La noche se presentaba más negra que nunca y el partido se tornó inesperadamente cuesta arriba.
Pero para fortuna de Boca, el empate no tardó en llegar. Una jugada por izquierda derivó en un rebote que capturó el mismísimo Matías Donnet, quien no tuvo más que impulsar la esfera de aire para, de sobrepique, introducirla en el arco y emprender así su carrera triunfal y sumergirse entre el verde cesped y la montaña de compañeros que enseguida cayeron sobre él. Luego el encuentro se definiría por penales y Boca se coronaría una vez más campeón de la Intercontinental, asegurando a Donnet un papel de heroe eterno.
Matías Donnet, había marcado otro gol importante en el partido que Boca derrotó a Arsenal en cancha de Racing por 2 a 1, abriendo el marcador en un partido muy trabado que luego derivaría en la conquista del Apertura 2003.

Luego, diversos conflictos contractuales y deportivos harían que quedará marginado del equipo por un tiempo larguísimo, hasta llegar al impopular fútbol estadounidense donde se le perdería el rastro. Más tarde retornaría al pais para vestir la casaca de Belgrano de Córdoba, equipo con el que hace poco tiempo descendió al Nacional B, división en la que no jugará por el momento debido a que acaba de firmar contrato con el necesitado Newell's Old Boys, con la incertidumbre de ver si le espera otro momento de gloria o un nuevo descenso.

He aquí, el gol de Donnet al Milán:

26.7.07

Javier Gustavo Mazzoni



El 25 de junio de 1995 será recordado por siempre por los hinchas de Gimnasia y Esgrima La Plata como uno de los días más tristes y frustrantes. El Torneo Clausura llegaba a su fin y tenía como puntero al club platense, quien debía recibir a Independiente en su estadio y debía conseguir el triunfo para poder ganar su primer título oficial en el profesionalismo, luego de haber conquistado la Copa Centenario dos años antes, trofeo no reconocido como tal.
Un marco festivo y alegre auguraba por una tardenoche mágica para gran parte de la ciudad de La Plata. Una cantidad enorme de fuegos artificiales aguardaban por la coronación, mientras que una infinidad de globos, bengalas y papelitos se hacían presentes con la salida del equipo al campo de juego. La confianza que le tenían todos y cada uno de los simpatizantes "triperos" a su equipo era infínita, ya que una gran campaña los había llevado a encontrarse a las puertas de la gloria. Gloria que parecía inminente por la calidad de jugadores de la talla de los mellizos Barros Schelotto y Guglielminpietro, el despliegue de otros tantos como Favio Fernández e Yllana, y el sacrificio de baluartes como Morant o Sanguinetti; que se veía reforzado por la experiencia y sabiduría del técnico Carlos Timoteo Griguol, quien tiempo atras había llevado a clubes chicos como Rosario Central o Ferrocarril Oeste a conquistar sus primeros títulos derrotando a los poderosos de siempre.
Pero la tarde tendría otro protagonista inesperado: Javier Mazzoni. Un delantero intermitente de Independiente, que se convertiría en heroe y villano al mismo tiempo ya que a pocos minutos de que concluya la primera etapa conectaría un centro desde la derecha para enmudecer a todo el bosque platense. Ese gol que produciría un contraste treméndamente grande entre el pueblo "Tripero" y los propios de San Lorenzo de Almagro quienes festejaban el título por haber ganado agónicamente en Rosario con un gol de Esteban González.
Ni que hablar de la otra mitad de La Plata. Luego los hinchas de Estudiantes le agradecerían a Mazzoni la conquista de ese gol con diversos homenajes y hasta una peña que en el día de hoy lleva su nombre.

Posteriormente Mazzoni intentaría repetir su oportunismo en Europa vistiendo sin éxito los colores del Racing Santander o el Lausanne de Suiza, pasando también con intrascendencia por Francia, Brasil y Uruguay hasta regresar al Fútbol Argentino donde defendería los colores de Olimpo y Arsenal para culminar su camino en el Nacional B defendiendo la camiseta del recientemente ascendido Tigre.

A continuación, el gol de Mazzoni a Gimnasia:

25.7.07

Matias Sebastian Arce




En el Apertura 2000, Boca Juniors llegaba a la última fecha del torneo con un punto más que su rival de toda la vida, River Plate. Una Bombonera colmada y estruendosa presentaba un marco inmejorable, con el sol radiante que se hacia presente en aquella tarde calurosa de diciembre. El conjunto de Carlos Bianchi recibía al irregular Estudiantes de La Plata, con la tranquilidad que le daba la mínima ventaja por sobre el elenco de Américo Rubén Gallego, que debía medirse con Lanús en el Sur del Gran Buenos Aires.
El partido comenzó con un Boca que demostró demasiada ansiedad para llevarse por delante a su rival de turno, pero que no lograba concretar los ataques que no eran del todo punzantes. La intranquilidad se empezaba a adueñar de la tarde y más aun cuando desde Lanús llegó la noticia de que Juan Pablo Angel había adelantado a River, y de esta manera el conjunto "Millonario" se quedaba con el Tricampeonato.
Pero el segundo tiempo vio en la cancha a un juvenil surgido de la cantera "xeneize" que ocupaba el lugar de Gustavo Barros Schelotto. Algunos desacreditaban el cambio, sin imaginar lo que vendría...
El nerviosismo reinante se convirtió en éxtasis total, cuando a los 20 minutos de la etapa final, el joven mediocampista boquense saco un zapatazo débil, que insólitamente se le escurrió de las piernas al arquero Nicolas Tauber, consiguiendo el gol del título; llevando de esta manera a Boca a la triple corona.
Luego de su día de gloria, la carrera de Matías Arce fue decayendo hasta derivar en la intrascendencia total y absoluta, pasando por:
Belgrano de Córdoba (2001/2002) y Gimnasia y Esgrima La Plata en ese mismo año. Luego tuvo un fugaz regreso a Boca para terminar en la segunda categoria del fútbol argentino defendiendo los colores de Argentinos Juniors, donde logró el ascenso derrotando a Talleres de Córdoba en la promoción.
Pero el fútbol de Primera no era para el, así que retorno al Nacional B para integrar el plantel de Godoy Cruz de Mendoza, donde no tuvo buenas actuaciones y recaló en el ultra competitivo fútbol venezolano. Más precisamente en el Aragua FC.
Posteriormente se lo vinculó con la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica y en la actualidad se encuentra libre esperando por alguna oportunidad que le brinde algún equipo con necesitado de esta promesa fallida.

EL GOL DE MI VIDA



EL GOL DE MI VIDA ha sido citado en el día de hoy por el diario deportivo argentino "Olé". Entre otras cosas se realiza una descripción de las características y el estilo del blog, el cual se menciona como una idea novedosa e interesante.
Sinceramente me sorprendió un poco la aparición del blog en Olé ya que fue creado recién en el día de ayer y cuenta con solamente dos entradas, pero sin embargo es gratificanete y quiero darles las gracias por la publicación, aunque se podría haber hecho mas alusión a la dirección de la página, o a los datos de su creador.

En el siguiente link se puede apreciar la mencionada nota:

http://www.ole.com.ar/notas/2007/07/25/um/01464617.html

----------------------------------------------------------

Con respecto a las agresiones que hablan de "robo de ideas", voy a responder lo siguiente:
La idea surgió al ver un post de EnUnaBaldosa, pero que yo sepa no existe ninguna página que haya profundizado y recopilado información de la manera que he hecho para informar y entretener a la gente interesada con estos casos de futbolistas que lograron la fama con un gol y luego pasaron desapercibidos el resto de su carrera. Por ello es que no creo necesario dichas acusaciones ya que la idea de desmenuzar el tema no la vi antes en ningún sitio/medio.

Sin más que decir, me retiro.

EDIT: Por el momento no se permitirán comentarios en las entradas.

Claudio Edgar Benetti





Era de esperar que no tardara en llegar la aparición de este "futbolista" nacido en Córdoba y que llego a las inferiores del Club Atlético Boca Juniors con 14 años y una melena digna del colectivero más grasa del conurbano bonaerense.
Clásico volante central con aproximación al arco rival, hizo todos los méritos necesarios para llegar a la Primera, en una época donde no se le daba demasiada importancia a los juveniles. Así fue como debutó el 18 de julio de 1992 ante Gimnasia y Esgrima La Plata.
Durante la semana previa al último partido del campeonato (que vería a Boca con la posibilidad de coronarse con lograr tan solo un empate ante San Martín de Tucumán en la Bombonera) se lesionaría José Luis Villarreal, y de esa manera se abrieron las puertas de la fama para su reemplazante: Claudio Benetti.
El 20 diciembre de ese año, el susodicho jugó de titular en el cuestionado partido ante los tucumanos en el que Boca debía sumar ese punto que lo depositara en lo más alto de la tabla final, y en cuestión de minutos se transformó en el héroe menos pensado.
Con el 1 a 0 en contra, el pibe realizo una proeza inimaginable. "Nunca olvido ese momento. Giunta peleó una pelota en el medio y me la tocó. Pude eliminar a Chazarreta y Onaindia, y rematé con alma y vida. No sé si fue un gran gol, pero sirvió para darle alegría al pueblo de Boca".
La igualdad en un tanto selló el campeonato para el conjunto de la Rivera después de once frustrantes temporadas en las que sufrió todo tipo de problemas tanto futbolísticos como económicos e institucionales. Benetti había hecho historia, pero casi que ni se enteró. "Lastima que no pude disfrutar tanto. Porque un pelotazo de Oscar Acosta me golpeó la cabeza y me dejó muy mareado. Lo único que recuerdo es que al final del partido me alzaban y me movían, pero yo no sabía por qué. Me desperté en un hospital y mis familiares me felicitaron por la vuelta olímpica".
Luego del partido, y a raíz de ese gol, desfiló por una cantidad inmensa de programas mediáticos y se cansó de firmar autógrafos. Pero el destino le depararía otra suerte a su carrera futbolística.
Al año siguiente fue cedido a Belgrano de Córdoba donde marco 2 goles en 15 partidos. Lo llamativo es que uno de esos dos tantos se lo marcó a Boca en el Chateau Carreras y lo gritó como si fuera aquel de esa noche de visperas veraniegas en La Boca. "Me gritaban desgraciado, muerto de hambre o negro. No me perdonaron que festeja el gol celeste, en el Chateau, Quería que me tragara la tierra, porque nunca me insultaron tanto", dijo.
Regresó a Boca en 1994 y no le fue demasiado bien. Solamente jugó 9 encuentros . Esto derivó en su inmediata desaparición...
Pero volvió nuevamente en la etapa de Carlos Salvador Bilardo y lo primero que se le ocurrió hacer fue agarrarse a trompadas con el siempre amigable Nelson Vivas. Después derivó en el Nacional B defendiendo los colores de Nueva Chicago, donde disputó 15 partidos y marco 3 goles.
A partir de allí su carrara futbolística ( ? ) se puede resumir en unas pocas lineas: Se acercó a una multitudinaria convocatoria que realizó Huracán en 1998 para jugadores libres. Se acercaron alrededor de 100 futbolistas, pero Benetti fue el único que se quedó mirando la práctica. "Necesito club, pero de ninguna manera me voy a someter a una prueba de este tipo. Le voy a pedir a la dupla que me someta a una evaluación pero con los profesionales de Huracán".
Después anduvo por Temuco de Chile, Melgar de Perú, Dallas Burn de Estados Unidos y en 2001 recaló en Huracán de San Rafael de Mendoza, equipo que descendió al Torneo Argentino B.
Luego apareció vinculado a Estudiantes de Rio Cuarto, pero no se sabe concretamente si fue su último equipo o solamente se dedicó a limpiar los baños o alguna otra tarea doméstica dentro de la cocina del club.

24.7.07

Ruben Norberto Bruno



Jueves 14 de agosto de 1975: 22 horas y 31 minutos... "Veo que Héctor Bargas me cruza una pelota desde 30 metros. Yo venía rápido y con el rocío de la noche trastabillo, pero el cuatro de Argentinos, Ricardo Próstamo, piensa que me caigo y se confía: para mala suerte de él, me tira un sombrearo y la pelota me pega en la cabeza y sale hacia adelante. Así quedo mano a mano con el arquero Díaz. En esos diez segundos se me cruzaron muchísimas cosas por la cabeza, ver al arquero, esperar que cambiara de paso y tocar la pelota por abajo del cuerpo hacia el segundo palo. Recordarlo me emociona", dice.

Rubén Bruno marco el gol que le dio el Metropolitano de 1975 a River Plate luego de 18 años de sequía. Esa tarde jugaron los pibes de la Tercera debido a que los profesionales estaban de huelga por una lucha por mejorar el Estatuto del Futbolista.

-¿Fue una jugada preparada?

-Sí. En el entretiempo hablé con Héctor Bargas, que era compañero mio en la Tercera, y le pedí que por favor me cruzara la pelota en diagonal, porque normalmente esa jugada nos daba resultados en nuestra categoría.

-¿Qué imágenes tenés?

-Fue apoteótico ver a tanta gente llorar, ¡comerse el pasto! En el gol estaba como loco y tuve una crisis de nervios: había una tensión muy fuerte y tras el festejo sentí un shock. Tuve que salir...

-¿Por el shock?

-Sí. Me agarró una crisis, me tiraron un poco de alcohol y agua en la cabeza, y entré otra vez.

-¿Causó malestar que los pibes jugaran ese partido?

-Sí. Por muchísimo tiempo tuvímos el mote de carneros. Fue mortal, pero jugamos porque quisimos. Votamos el día del partido y de los 20 concentrados, sólo Rubén Cabrera dijo que no.

-¿Cómo fue el reencuentro con Alonso, Jota Jota...?

-Difícil. Muy difícil. En el trato te dabas cuenta de que las cosas habían cambiado, y mucho.

-¿Qué fue de tu vida?

-Hay gente que está marcada por ser un ídolo y otros que están en el medio. Yo estaba para ubicarme en el medio, pero pasaron muchas cosas raras. Esos pibes merecíamos mejor suerte.